Para mí, esta semana ha sido de las más caóticas. Cinco minutos antes de subir al atril para hablar ante un público, me llegó un mensaje de un familiar diciéndome que había fallecido mi abuela. Tras salir del lugar, un poco confuso ante la situación, me dirigí hacia el velorio. Allí me encontré a mis familiares llorando la pérdida de mi querida abuela. Una mezcla de pensamientos y sentimientos empezaron a recorrer todo mi ser, llegándome a preguntar dónde es que en estos instantes se encontraba ella…
Es difícil de imaginar algo más después de la muerte y más cuando es reciente la despedida de un familiar. Sin embargo, recordé algo que cambió totalmente mi pensamiento. Mientras me sentaba a descansar un poco después de todo el día, abrí la Biblia en 1 Juan 5:11. “Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su hijo”. Recordé que, a pesar de la muerte, Dios nos ha dado vida eterna a través de su hijo Jesucristo.
Mi abuela fue una persona que agradó a Dios, siguió su voluntad y sobretodo creyó que Jesucristo era el Señor y Salvador de su vida. Esto me dio descanso… y no solo a mí, cuando lo compartí con mi padre los dos nos sentimos felices de saber que ella estaba en un lugar mejor y más aún de saber que algún día la veremos.
En su funeral, pude estar tranquilo y seguro de que no era un adiós, sino un hasta luego. ¡Es maravilloso creer y experimentar las promesas de Dios!
A día de hoy, una semana después del funeral, y 2021 años después de Jesús, la vida eterna está aún disponible para todos. Te invito a que puedas asegurar esa vida llena de propósitos y seguridades, esa vida en la que puedes estar tranquilo venga lo que venga y sobretodo esa vida en la que puedes disfrutar del gozo de Dios aceptando a Jesús como Señor y Salvador.
1 Juan 5:13 “Les escribo estas cosas a ustedes que creen en el nombre del Hijo de Dios, para que sepan que tienen vida eterna”.
José Carmona