Son muchas las imágenes propias de la Semana Santa o Semana de Pasión. Creyentes y no creyentes, es probable que en varios instantes perciban una de las imágenes más populares de la imagen de Jesús en sus últimos instantes antes de morir. Se trata del rostro de Jesús ensangrentado por causa de la corona de espinas.
Pero, ¿por qué Jesús fue coronado con una corona de espinas? ¿cuál es su significado? Sin lugar a dudas, fue una tortura burlona y brutal hacia la persona de Jesús como Rey de los Judíos. Pero, más allá de lo que pudiese significar para los torturadores de Jesús, es importante que hoy nos detengamos a contemplar el significado que tenía y sigue teniendo desde la perspectiva de lo que nos enseña la Biblia. Quizá, después de esta reflexión, el rostro sufriente de Jesús con la maldita corona de espinas se convierta en un símbolo de una gran victoria espiritual.
El imperio romano solía coronar a los vencedores con una corona de laurel en señal de admiración. Así que, por el contrario, la corona de espinas expresaría para el torturador romano un claro mensaje de odio, menosprecio y burla. Sin duda, además, los romanos odiaban la fe de los judíos, por lo que al Jesús crucificado con la corona de espinas, solo cabía añadir el cartel que anunciaba: “este es Jesús, el rey de los judíos” (Evangelio de Mateo 27:37)
Pero, si bien la intención de los romanos es incuestionable, lo que si merece la pena conocer es lo que para Dios y para Jesús significaba esa corona de espinas. Por esta razón, es importante que no ignores la trascendencia de su significado en la cabeza de Jesús durante su sacrificio. Así que, quiero que a partir de ahora, cuando contemples una imagen de Jesús con una corona de espinas, recuerdes su significado y puedas pensar en algo más que un el impacto emocional que pueda transmitirte una imagen esculpida que, en todo caso, se quedará siempre corta en representar la apariencia auténtica del rostro de Cristo y el sufrimiento que le fue infringido.
La primera vez que aparecen las espinas lo hacen como fruto de la maldición que entro en la tierra por causa del pecado de nuestros primeros padres. La mentira que fue creída por Adán y Eva contaminó la tierra que, hasta entonces, era buena y extraordinariamente productiva. Sin embargo, la mentira se convertiría en la semilla que produjo espinas. Así que Dios dijo a Adán: “maldita será la tierra tu causa… espinos y cardos te producirá” (Génesis 3:17, 18)
Entonces, desde la perspectiva de la Biblia, el que Jesús fuese coronado de espinas, tiene una relación directa con lo que el profeta Isaías anunció al hablar del sacrificio de Jesús: “herido fue por nuestras rebeliones… el castigo de nuestro pecado fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados” (Isaías 53:5). Es impresionante pensar que las heridas de las terribles espinas que horadaron la sien de Cristo estaban produciendo heridas y un derramamiento de sangre que no era en vano, más bien, proveían una tremenda victoria espiritual. ¿Por qué? Porque las espinas significaban el pecado que Jesús llevó en su cuerpo para nuestra salvación y sanidad.
Sin duda, hoy sigue vigente el poder que emana de la cruz. La corona de espinas signica mucho para ti. Jesús llevó esa corona para que tú puedas tener victoria sobre los espinos que atraviesan tu alma, tu corazón y están invadiendo tu vida y familia. El pecado ha sido sembrado y es una maldición que penetra hasta destruir nuestra felicidad presente y eterna. Pero, es tremendo atender al significado natural de las espinas que, sin duda, también en el ámbito de la naturaleza anticipa la el surgir de la esperanza. El salmo 132:18, dice la Palabra de Dios “mas sobre él florecerá su corona”. mpresionante, está claro, Jesús murió con una corona de espinas, pero floreció mediante la resurrección que anuncia una tremenda victoria sobre el pecado, la muerte y sobre el mismo Satanás quien, mediante la mentira, sembró las espinas de maldición en nuestros corazones.
Recuerda en estos días de Semana Santa el valor de la corona de espinas en la cabeza de Jesús. Cuando Él murió por ti, por lo que si reconoces que esa corona de espinas representa el pecado que él cargó por ti y aceptas a Jesús como tu Salvador, esas espinas por medio del perdón de Jesús abrirá paso al florecer de una nueva vida.
Pr. Juan Carlos Escobar