El término familia proviene del latín famulus que significa “sirviente” o “esclavo” . Se remonta al siglo XIX. Al principio, las familias estaban formadas por clanes. Personas unidas por un interés común reinado por un el patriarcado y se establecía mediante el matrimonio o unión entre dos de sus diferentes miembros. Constituida por Dios, Génesis 2:24, (RV-1960). “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne”.
¿Qué es la familia?
Es un colectivo unido por el parentesco sanguíneo o por un vínculo formado y reconocido legal y social; tales como el matrimonio o por adopción. La familia es el núcleo, la organización más importante y vital en cualquier sociedad. Al paso de los años, este conglomerado ha recibido transformaciones según los cambios por cultura, costumbres, religión, deberes y derechos de los individuos. Está formada por la madre, el padre e hijos.
La familia tiene la responsabilidad en su estructura de mantener respeto, afecto, unidad, protección, armonía, porvenir y educación para con todos sus miembros. Aún sabiendo que es fácil equivocarse, sobre todo si estamos metidos en el egoísmo, flagelo que obstaculiza e imprime miedo, desconfianza, por tanto, estos elementos y otros, cortan la primera necesidad del colectivo, la comunicación.
Ésta a su vez es una grieta por la que se cuelan diversos atentados, ya sean turbulencias económicas o presión por diferentes factores que nos abordan por la contaminación negativa, separando nuestros corazones e impidiendo el desarrollo y crecimiento en los niños, perdiendo así el grifo de donde emana la seguridad emocional y se desvían los valores morales y sociales, quebrantando la relación por lo que, se elimina el anticorrosivo principal: el amor. Proverbios 10:12, (RV-1960), –”El odio despierta rencillas; Pero el AMOR cubrirá todas las faltas”.
La familia tiene tesoros. Salmos 127: 3, (RV-1960),- “He aquí, herencia de Jehová son los hijos; Cosa de estima el fruto del vientre”. Y como preciosos son los niños, sobre nosotros pesa el deber de instruirle en la palabra de Dios para que sean luz allá donde vayan. Por lo tanto, todos nos convertimos en bendición venciendo toda prueba del maligno para honra y gloria de nuestro padre.
Francia Álvarez